Mal día del trabajo
Ella salió a la calle con su vestido rojo,
su bolso negro y sus zapatos de correas.
Esperaba a su primer cliente en El Caimancito,
un burdel perdido en el Centro de San Salvador.
A pesar de estar lista para su primer viaje y
mira de un lado a otro, ese día sería malo.
Las primera lluvias de mayo caen sobre la ciudad.
Su rostro revela que debe tener 20 años de edad,
sus ojos son profundos y su piel parece de porcelana.
Tiene la esperanza que un carro se detenga
frente a ella y que el ocupante requiera de sus
servicios.
La lluvia se vuelve más fuerte . Mira al cielo
como quejándose del invierno. Se sienta en una sillita
de madera que está afuera del corredor y espera:
Quién será su primer cliente?
Más allá de esa superficialidad,
Qué la motivo a vender su cuerpo?
Por qué una muchachita como ella está se encuentra
en un lugar de mala muerte?
Pensará que algún día saldrá de ese lugar para
un mejor porvenir y tener su propia libertad?
No lo sé....
Yo la veo a través del ventanal del bus viejo.
Contemplo su impaciencia,su espera.
Se levanta de la sillita y mira la calle de par en par.
No hay nadie, la tormenta ha espantado a
los clientes potenciales.
Luego, entra en la casa y desaparece tras la puerta.
Apenas se divisa un radio en la oscuridad.
Qué pasó esa tarde-noche cuando la vi?
Hubo un cliente que quiso sufragar sus deseos
carnales en ella como si se tratase de una muñeca
de plástico? Es un misterio que jamás sabré...
Mientras tanto, la vida acelerada del resto
de mortales vuelve a su curso
ajena a la humanidad de una prostituta....
Viviana Sinclair
01/mayo/2010
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